Pienso en la distancia entre el tabaco de liar, las cinco de la mañana, el alcohol, lo desconocido y en todo cuanto he seguido precipitando desde entonces.
Me recorren sus recuerdos, me golpean y balancean fuertes hacia el presente. Entiendo el dolor tarde, cuando no logro encontrarme al echarte de menos. Desde abajo te pienso, cuando todavía vivías, independiente, tu vida. Todo un verano, y seguirías paseando, junto a mi, feliz de verme cada vez que iba a verte, poco.
Con el otoño te fuiste apagando, pedías mi calor cuando ignorabas el motivo de tanto frío. Lamento tanto haberte mentido, tanto el cuidarte tan poco y el enfadarme contigo.. iba a perderte y me convencí de tenerte siempre y luché, ignorándote. Conociste mi futuro, un domingo de paella sin ti. Y luego enfermaste.
Con el frío te perdí y un año después sigo recordando el olor a crema, las orquillas y el pelo caoba y los bombones que siempre me traías. Te busco y te siento, escuchando mi soledad.
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