Supongo que fui contagiada como el resto y que no me dio la gana correr más lento que él, y que por eso, fue más fácil hacer estallar litros de feromona inútil, que ni 40 grados de vodka lograron matar cuando debía. Maldita pesadilla.
Vergüenza me dan estas semanas, en las que me creí una vez más digna de vida y de control. Maldito mejunje de noche y estupefacientes rondando a mi alrededor, y ellos, que creyeron en mi, borraron de un sorbo la magia, dándose el lote delante mi ingenuidad. Crueles y malditos hijos de ricos incomplacientes con mansiones en USA y en Deià, que no hacen nada con sus vidas más que beber y quemarse el cuerpo por dentro y hacerse llagas por fuera.
Rabia cómica de un dia en el que se acabó a ritmo de títere la poca gracia que pudiera tener esta soltería y su libre buffet. Malditacreencia que ronda en mi ciudad, la cual cada día se autodestruye más. Podría ser la última conversa o la fuente de religión, pero de momento el primer virus ya pasó.
bufff
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