Empújame fuerte, de un golpe. Déjame descalza pero agárrame ante las sombras que gimen mi dolor. Vísteme y dame de comer ante la libertad, que huye herida, de mi y de ti.
Arrástrame ahí fuera, a un lugar para nacer y olvidar. Quema las ambiciones que no gané al deseo y lánzame, junto a una piedra al sueño confuso y no, no permitas que anhele otra vez.
Lleva a mi cuerpo, indolente, al viento.
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