Dixit

Tan lejos y la realidad arranca el ingenuo bocado de sentido. Levanta mi hambre cada grito de ebriedad que golpea las aceras,  rezumando en mis oídos. Vueltas de cama, bebiendo del cansancio y del recuerdo ficticio. 
Seca, me infecto de la humedad ajena, hiriente. Y desisto, otra  agotadora vez,  de la confianza , de la izada bandera roja y del  estúpido romance con la expectativa,  esquiva. 


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