Entró y se sentó a mi lado. Era un concierto para mayores pero ahí estaba ella.
Tan frágil, tan inocente.. pero con la capacidad de patearme el pecho. La niña de sus ojos, víctima y objeto de deseo. Pura y pueril, el agua de Peter.
Me arrebató la ilusión, me retó y ganó, pero no era lucha de iguales.
Es la niña que juega en mi imaginación, una imagen que revolotea cada vez que él se acerca, un puñal y una traición.
Siempre ella, plastelina fina.
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