Anoche di portazo y entrada, cama y patada.
Me atrapaste a las cuatro de la mañana, justo unas horas después de haberme despedido de lo que tu llamas decadencia, justo después de dejar de iluminarla.
No conoces mi "pasado-presente", ignoras el sufrimiento y el trayecto, la evolución. Tan solo me ves y me recuerdas.
Me pusiste un espejo y me recorriste.
Allá va mi amor, sólo. Y aquí estoy yo, contemplando mi reflejo con un desconocído.
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