
El minuto que separa el presente y futuro, el "aceptar" de un teclado, el "llamar" de un teléfono... un puño con fuerza y una lágrima de miedo.
El peso que arrastras a cada paso y la soledad que te envuelve, lo oscuro y lo llano. Retroceso
Tuerces el cuello y ves cuanto te queda por desmitificar.
- ¿Cuánto necesitas de distorsión para poder limpiar tanta obviedad? tanta como escollos esquivados, tanta como charcas pisoteadas...
Cuando logras evadir tanto proceso kafkiano y veneno enmascarado... es cuando enloqueces alcanzando la cordura, sujetando aquella biblia de presagios y viendo como enmugrece y se quebranta rápidamente el cemento que te alejaba de la realidad y avanzas, observando como todo cuanto dejas atrás es lo que probablemente te espere al aterrizar.
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